De Mugler a Roberto Cavalli: los vestidos que marcaron los 90 y los 2000

Cuando pensamos en los vestidos más icónicos, solemos recordar los que han deslumbrado recientemente en alfombras rojas. Pero si echamos la vista atrás y repasamos colecciones que a veces han quedado olvidadas, descubrimos verdaderas joyas del diseño.

ATELIER VERSACE FALL 1993

La colección de otoño de Versace fue una oda al poder y al romanticismo. Con este vestido de encaje, cuello halter y falda larga con volantes, la firma italiana reafirmó su esencia inconfundible, envolviéndonos en un aura de misterio, sensualidad y poder femenino.

THIERRY MUGLER 1998

En 1998, Thierry Mugler llevó la sensualidad al extremo. Su vestido negro encorsetado con paneles blancos y aberturas hasta la cadera sintetizaba el exceso de finales de los noventa: cuerpos esculturales, poder sensual y moda convertida en espectáculo. La pose de la modelo era una oda a la mujer dominante que Mugler imaginó siempre: dueña de sí misma y del escenario.

JEAN LOUIS SCHERRER 1998

Nos remontamos a 1998, donde Jean Louis Scherrer nos deleitó con uno de los vestidos más icónicos del momento. El estilo minimalista de los 90 parecía diluirse frente a la tela dorada y satinada, al escote pronunciado de tirante fino y a las plumas que llenan la falda al estilo “old Hollywood”.

ELIE SAAB FALL 2003

Los 2000 sin duda revolucionaron la moda y es una época que sigue marcando tendencia. Elie Saab y su inconfundible colección de otoño de 2003 siguen inundando las redes y posicionándose como un desfile icónico. Este vestido con escote pronunciado hasta el ombligo, lleno de transparencias y estampados florales, es uno de los favoritos sin ninguna duda. Un guiño nostálgico a los 90, una silueta entallada y esa mezcla de texturas marcó la moda de otoño de ese año.

ROBERTO CAVALLI 2003

Contemporánea a la colección de Elie Saab, en 2003 la colección de Roberto Cavalli acaparó miradas de toda la industria de la moda. Vestidos entallados, juegos en las texturas, escotes perfectamente ejecutados y faldas que acompañaban al movimiento, dejando un aura de elegancia miraras donde miraras.

La herencia de GIORGIO ARMANI

Si pensamos en la elegancia en estado puro, telas satinadas y vestidos que se ajustan perfectamente a la silueta, se nos viene a la mente la colección de Armani 23-24. Cuellos halter recargados con abalorios perfectamente colocados hasta el escote y colores oscuros: una perfecta mezcla de aura de misterio y elegancia. Sin duda, Giorgio Armani ha sido uno de los más grandes, centrado en la sastrería y la elegancia, y esparciendo su sprezzatura italiana por todo el mundo.

Años después, estos diseños siguen transmitiendo el poder de la moda, la elegancia y el cariño con el que fueron creados. Sin duda, nos recuerdan que la moda no solo viste una época: la define.